lunes, 16 de abril de 2012

Historia del Arte Prehispánico... ¿Eso qué? - Por Ilse Villanueva



“Historia del Arte Prehispánico… ¿Eso 
qué?”

-Ensayo-

Ilse Araceli Villanueva Calderón 

Universidad de Morelia A.C.Lic. en Historia del Arte                                                                                                                                    Asignatura: Arte Prehispánico de México.
LHA. Ireri Ortiz Silva
2° Cuatrimestre


Cuando se estudia historia del arte, en demasiadas ocasiones uno se ve obligado a explicar con un lenguaje bastante coloquial, que es exactamente lo que se está estudiando. Porque cuando preguntan -¿Qué estudias? Se contesta sencillamente, y hasta con un tinte de egocentrismo –Licenciatura en Historia del Arte. Precediendo a esta respuesta, que para nuestros adentros creemos que impactamos o que quizás tendrían ganas de alabarnos por estudiar esa carrera;  nos tenemos que enfrentar a una expresión de confusión y algo de repulsión o desagrado, para terminar diciendo -¿Qué es historia del arte?, ¿Es para trabajar de maestro, no?, ¿Estudias mientras te casas? O el clásico… -¿Eso qué?
Es en ese momento en el que se entra en un grave dilema existencial, porque aunque se tengan mil y una respuestas para cada pregunta de ese tipo basadas en la experiencia personal que se ha ganado a lo largo del estudio de la misma, y obviamente por la teoría ya adquirida en el proceso; no siempre se está satisfecho con la respuesta.
Contestar qué es historia del arte y para qué sirve o en qué campo laboral se pudiera desarrollar es sencillo, es prácticamente una respuesta en automático. Pero si tan solo en alguna ocasión nos pusiéramos a pensar con detenimiento las preguntas que les surgen a las personas con respecto a la historia del arte, y no solo en sus cuestionamientos, sino el porqué de tales dudas.
Y es en este momento en el que muchos cometen el error de despreciar a toda esa gente que no tiene ni idea del papel que desempeña un historiador del arte, bueno; que ni siquiera saben que existían y por si fuera poco, que dicen no tener  interés alguno en el arte, porque lo consideran inútil.
Pues se supone que un licenciado en esta rama estudia el proceso histórico del arte, pero no solo eso; también estudia al artista que crea la obra y a la sociedad que la aprecia. Y es gracias a esta última por la que el crear arte ha prevalecido hasta nuestros tiempos, simplemente sino hubiera un impacto de cualquier tipo en la gente, se hubiera tirado por la borda cualquier intento de creación artística; y sin esta no existiría el estudio de la historia del arte.
Ahora bien, entonces la trascendencia de tal o cual obra de arte, está determinada por el impacto en la sociedad. Pero algo que en muchas ocasiones también es determinante para la creación de alguna pieza, es el contexto en el que se vive. Se pueden observar cientos de obras, donde el tema y la técnica, obedecen a un  tiempo determinado, es decir; poseen una gran carga histórica y social. Sea abstracción o realismo, el contexto en la mayoría de las obras, se observa implícita o explícitamente dentro de éstas.
Por mencionar uno de los mejores ejemplos de lo anteriormente mencionado, me puedo remitir al arte prehispánico de México; hay muchas otras culturas con las que pudiera ejemplificar lo mismo, pero hablaré del mundo prehispánico porque es de este, de donde antecedemos; quizás no directamente pero sin en gran parte.
En el caso del mundo prehispánico y de su estudio, se sabe que el arte producido por las antiguas culturas habitantes de Mesoamérica, expresa el contexto socio – histórico que prevalecía en esos tiempos, y no solo eso; pues también expresaba la forma de ver la realidad, es pues un mapa que nos lleva finalmente al conocimiento de esta cultura.
La comunicación escrita no era por un sistema de lenguaje – palabra, sino por un sistema ideográfico expresado con glifos que variaban de cultura a cultura, por lo que el uso de la imagen materializada en alguna obra de arte, era esencial. Y lo es más para un historiador del arte, pues este es su lenguaje; el pictórico.
Para poder comprender y conocer al mundo precolombino es necesario comprender y conocer el arte. Y es de ahí su importancia, si hasta el momento no se hubieran descubierto todos los vestigios arqueológicos que se han encontrado a la fecha, o si sencillamente los habitantes de esas culturas se hubieran limitado a transmitir su mito, religión, ley, estructura social entre otras, por medio de tradición oral; lo más probable es que no sabríamos prácticamente nada relevante de estas personas, la historia del arte no tendría nada que estudiar de esta época en el otro extremo del mundo.
Hace algún momento mencioné que algunos estudioso se molestan o tratan de manera despectiva a quienes no tiene ni idea de que es la historia del arte, pues no tendría por qué ser de esa manera, y es que ese es otro de los papeles fundamentales de un teórico del arte. Darla a conocer, y para un mexicano, lo es más importante darle importancia a la difusión del arte prehispánico, asimismo exponer su importancia, que ya había sido mencionada.
Y es que parte de la población mexicana, tanto de las grandes urbes como de pequeñas comunidades indígenas, encuentran aún problemas de identidad. Es un concepto bastante trillado, de gran magnitud y que ni siquiera se podría hablar de una definición exacta. Sin embargo, si es del interés de las personas, el interesarse en sus antecedentes, es decir; en el mundo precolombino, quizás logrará desterrar todas esas discusiones acerca del concepto antes mencionado.
Con esto no quiero dar a entender, que el estudio del arte prehispánico aparte de hablarnos de cómo eran esas sociedades, nos da identidad. Porque no se trata de establecernos como una u otra cultura y despreciar a otras, sino de saber qué sucedió antes, como evolucionó y porque es así ahora.
El tener conocimiento de nuestros antepasados por medio del arte, nos permite entrar en la mente de cada artista, y no solo de saber cómo vivían, sino como se sentían con respecto a lo que pasaba y más aún, cómo es que lo veían; creando así una experiencia propia de todos esos acontecimientos, como si por un momento regresáramos el tiempo y nos encontráramos en medio de ese mundo precolombino. Por eso es que es importante la historia del arte prehispánico.



REFERENCIAS
GENDROP, Paul. Arte Prehispánico en Mesoamérica. Ed. Trillas. México. 1993.
WESTHEIM, Paul. Ideas Fundamentales del Arte Prehispánico en México. Ed. Alianza. México. 1991.
DE LA FUENTE, Beatriz. “Para qué la historia del arte prehispánico” en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas. n° 86. UNAM. México. 2006.
DUVERGER, Christian. Mesoamérica. Arte y Antropología. Ed. Conaculta. Francia. 1999. 

domingo, 15 de abril de 2012


Jazmín Itzel Medrano Rodríguez LHA Ensayo final



Una civilización extraña

Para el estudio cualquier civilización es necesario conocer cada una de las partes que la conforman, su origen, cultura, arte, creencias, etc. y Mesoamérica no es la excepción.
En el presente ensayo se analizarán aquellas características tan particulares que forman parte del rompecabezas, aún incompleto, que es Mesoamérica.


Primeramente, es necesario comprender todo lo que encierra el concepto ‘Mesoamérica'. Desde hace varios años se comenzó el estudio de este concepto y de la misma manera fue cambiando su definición, sin embargo, había algo que permaneció constante ante las variaciones: Esta extraña e hipnótica civilización se trataba de una amplia unidad cultural.
Fue hasta 1943 que Paul Kirchhoff definió el concepto tal como lo conocemos hoy en día:

“Mesoamerica [...] designa un conjunto de pueblos que ocuparon lo que en nuestros días es el centro y el sur de México, hasta Yucatán, Chiapas, Belice, Guatemala y Honduras”. [1]

Kirchhoff no la nombro una civilización como tal, la estudió cómo una “alta cultura” que comparte rasgos o elementos entre sí, no obstante, en este ensayo nos referiremos a Mesoamérica como una civilización para evitar conflictos de cualquier tipo.

Diferente a las culturas del Viejo Mundo nos encontramos con una Mesoamérica independiente, lejana al resto del mundo, por lo tanto, es ajena a cualquier influencia externa en su cultura; Ese aislamiento creó una civilización con un desarrollo diferente en su totalidad a los vistos anteriormente.
La originalidad, el amplio desenvolvimiento social, el comercio a corta y larga distancia, la organización política y sus impresionantes ciudades dejaron extrañados a aquellos conquistadores españoles, sus ojos veían sorprendidos y a la vez horrorizados aquello que tenían enfrente.

Si bien, ya sabemos lo que acuña este complejo concepto, ahora es tiempo de adentrarnos de lleno en esos elementos o características que se compartían dentro de la magnifica civilización. Paul Kirchhoff enlisto unos 44 ‘rasgos culturales’, no analizaremos todos, sólo nos dedicaremos a aquellos que han marcado considerablemente el estudio de Mesoamérica. Cabe mencionar que sí hubo variaciones entra cada pueblo pero nunca se rompió la continuidad de la civilización ni esa unidad de pensamiento.
Tratar de sumergirnos en Mesoamérica sin detenernos a echarle un vistazo a los incontables mitos, es prácticamente imposible ¿por qué? porque

“La explicación de los fenómenos que lo rodean se van a encontrar en el mito. Éste contiene la respuesta a los principales problemas que se plantean”. [2]



Cada uno de los mitos se han clasificado según su temática, están aquellos que relatan el surgimiento de los dioses, los que hablan del origen del universo o aquellos que se refieren a la creación del hombre y por último aquellos correspondientes a lo que ocurre con el humano después de la muerte.
No nos detendremos a analizar detalladamente cada mito, haremos hincapié en algún mito de origen del hombre que sustente las creencias, actividades y creaciones de esta hipnótica civilización.
En la mitología mesoamericana, el nacimiento del hombre varía, sin embargo, el origen de todo siempre es operado por los dioses, ellos pasan a ser los protagonistas del relato.
El mito, es la explicación de la realidad, la ventana para que el hombre vea lo que le rodea y tenga conocimiento de lo que está más allá, para que tenga una visión estructurada del cosmos, por decirlo de alguna manera, el mito es el detonante de la practica de sacrificios, del espíritu guerrero, el marcado pensamiento cíclico, la dualidad que está tan presente y su hermoso arte.



A continuación, se pretende hilar cada uno de los elementos mencionados anteriormente y para ello, partiremos de lo que se relata en el mito mexicano. Es cierto que no podemos generalizar con un mito toda la civilización, sin embargo, este mito es solo el detonante de todo aquello que sí se considera parte del cuerpo de los 'rasgos culturales'
En el mito mexicano se relata como dos dioses se arrojaron a una hoguera convirtiéndose en el sol y la luna, el resto de los dioses que estaban presentes en Teotihuacan se percataron de que el universo estaba paralizado, ante está situación optaron por sacrificarse para que todo se pusiera en movimiento y así fue, sin embargo, el sol para no desfallecer debía alimentarse con la sangre de las estrellas presentes en el firmamento.
De este mito rescataremos tres rasgos:  primero, la noche y el día como guerra celeste y dualidad; Segundo la presencia cíclica.
Si transportamos este mito a la realidad, nos percatamos de que está ampliamente relacionado  con los sacrificios que se realizaban, y es que esta labor en el mundo mesoamericano era el eje de la vida religiosa.
La ideología del hombre mesoamericano era que por medio de esta acción ellos podían colaborar con los dioses y por ese miedo a que el universo pereciera, alimentaban al sol con su sangre, es importante mencionar que hasta en este momento estaba presente esa jerarquía característica, ya que entre más alto estuviera el hombre en la pirámide social, por ejemplo, los sacerdotes, sus responsabilidad en cuanto a mantener el mundo aumentaba. Recordemos que el fundamento del sacerdocio era la religión.
La guerra también está ampliamente relacionada con la religión lo que a su vez la enlaza directamente con los sacrificios, el objetivo primordial de una batalla nunca fue conquistar o aniquilar a un pueblo completo, el objetivo era someterlo y ofrecerlo en sacrificio.
Del mismo mito que hablamos anteriormente surge la relación entre la guerra y el dualismo que está patente desde los inicios de la civilización. Aquellos dioses que se convirtieron en el sol y la luna son conocidos como un águila (el sol) y un jaguar (como sol nocturno) con los cuales se relaciona a los guerreros que presentan habilidades excepcionales para la batalla y aunque esta comparación predomina entre los Toltecas y los Teotihuacanos no es de ellos exclusiva, puede que no aparezcan representaciones idénticas pero siempre habrá una característica que se relacione con los dos animales sagrados.



Todos los factores mencionados con anterioridad nos dirigen a aquello que no ha dejado de sorprendernos, la creación artística del hombre mesoamericano.
El arte prehispánico mexicano surgió como conciencia de la muerte, su objetivo era pervivir por muy paradójico que esto suené. Casi todas sus representaciones, si no es que todas,  aluden a la guerra o a ritos relacionados estrechamente con la religión.
La arquitectura es de las artes más representativas, en primer lugar por el tiempo que ha perdurado y en segundo lugar por la función que cumplían.
La observación tan detenida de todo lo que rodeaba su hábitat, influyó en la construcción arquitectónica como réplica del mundo natural. El mayor ejemplo de ello son las pirámides, ya que están inspiradas en las montañas tanto en la forma cónica como en el tamaño inmenso, el objetivo de esta obra era fungir como templo, tumba o como lugar donde se llevaban a cabo sacrificios, de ahí que cada pirámide represente el cielo y el inframundo.  
Aunque las pirámides son emblemáticas en la civilización Mesomericana, no es lo único en cuanto a arquitectura se refiere. El juego de pelota es parte importante de estas ciudades-estado, este espacio estaba destinado a realizar un rito que representaba la batalla entre dos deidades, un protagonista y un antagonista, el día y la noche, lo bueno y lo malo.
Las figuras geométricas que conformaban estos espacios son el reflejo de que su conocimiento acerca de las matemáticas era excelente y no solo lo expresan en estas construcciones si no en el desarrollo de un sistema calendarico tan exacto.
Tanto las pirámides y el juego de pelota son de carácter religioso, en la pintura, escultura y códices, el panteón mesoamericano es representado incontable número de veces y si bien sabemos no tienen el mismo nombre fueron venerados con ritos parecidos, y es que como no venerarlos si ellos tenían el poder de apagar el Universo si así lo querían.  



Como lo habíamos mencionado anteriormente, el arte es el testimonio de lo que pensaban, es el punto donde se funden el poder y lo sagrado, es ese código que nos abre las enormes puertas hacía una civilización formada por diferentes piezas en donde si falta una todo pierde sentido, una civilización que nos ha dejado un gran legado cultural, una civilización tan original que con mucho atrevimiento podríamos llamar un ‘fenómeno único’.


REFERENCIAS


Discutamos México. El mundo Mesoamericano (04 de febrero del 2010)


MATOS MOCTEZUMA, Eduardo. Vida y muerte en el Templo Mayor. Ed. FCE, Tercera Edición, primera reimpresión, México, 2003.

PAZ, Octavio. Los privilegios de la vista II, Cap. I El águila, el jaguar y la virgen. Introducción a la historia del arte de México, Ed. FCE, cuarta reimpresión, México 2006.


ROMERO CONTRERAS, Tonatiuh. ÁVILA RAMOS, Laura. Mesoamérica: Historia y reconsideracion del concepto. Ciencia Ergo Sum. Universidad del Estado de México. Toluca, México. Noviembre, volumen 6. 1999. pp 233-242.


WESTHEIM, Paul. Ideas fundamentales del arte prehispánico en México, Ed. Alianza, Madrid, 1987. 





CITAS

[1] MATOS MOCTEZUMA, Eduardo. Vida y muerte en el Templo Mayor. Ed. FCE, Tercera Edición, primera reimpresión, México, 2003, p. 37. 
[2] PAZ, Octavio. Los privilegios de la vista II, Cap. I El águila, el jaguar y la virgen. Introducción a la historia del arte de México, Ed. FCE, cuarta reimpresión, México 2006, p. 29.










El estudio del arte prehispánico


El estudio del arte prehispánico

Por Doris Alexandra Mújica Tena

“…Las obras de arte presentan las sociedad de su tiempo, responden a sus necesidades y se integran en un mundo histórico- social determinado”
Adolfo Sánchez Vázquez

La importancia que tiene el estudiar la historia del arte prehispánico  en la actualidad es algo que dado a la tendencia contemporánea por resaltar la identidad mexicana  podríamos responder de manera simple afirmando que  las manifestaciones artísticas prehispánicas  son el origen de lo que  hoy llamamos “ser mexicano” , esa identidad del mexicano que por tanto tiempo se ha tratado de definir y delimitar. Por años los mexicanos han buscado la manera de deshacerse de la carga cultural que generó la conquista española  y creer que somos únicos ,  de esta manera se comienza a dar importancia al estudio de nuestros antepasados. El movimiento nacionalista en México surge con la finalidad de crear  iconos que representen nuestra cultura  a través del  ingenio  de personajes emblemáticos como el charro y la china poblana, se desarrollan técnicas artísticas como las de Adolfo Best basada en el arte prehispánico y se genera un fuerte movimiento folklorista que se dedica al estudio de las manifestaciones culturales y artísticas de la época sin dejar a un lado su surgimiento.  Todo  gira en torno al origen, a estas primeras manifestaciones artísticas que surgen en el núcleo de los   pobladores originales  de nuestro territorio.
En la actualidad el arte en varias de sus manifestaciones continua tomando elementos que se consideran representativos de nuestro arte prehispánico y popular, lamentablemente no siempre se hace con bases solidas lo cual resulta en una resignificación simbólica de dichos elementos.
 Por lo tanto este origen que se ha mencionado  perdura en nuestra sociedad y es necesario estudiarlo de manera profunda y sobre todo con una perspectiva amplia que nos permita ver más allá de un pieza de arte  generando un conocimiento  que englobe las características sociales, económicas, políticas y culturales en las que vivieron nuestros antepasados y  también es imprescindible  aceptar los cambios que dicha sociedad ha experimentado a lo largo de la historia y admitir  que nuestra actual personalidad  es el resultado de ese largo proceso por lo que  para su estudio y entendimiento se debe estar apoyado de varias ciencias como las sociología , antropología y etnografía entre otras.

El estudio de la historia del  arte  prehispánico

El arte es el producto de una actividad creadoras  que surge de una necesidad de comunicación en un medio en el que el ser creador ha formado su personalidad integrando los elementos  naturales y sociales que lo rodean; para que el arte no sean sólo piezas aisladas que nos brinden una experiencia estética es necesario estudiar su contexto

“… Con el paso del tiempo se han dejado de  compartir las prácticas culturales que dieron origen a las obras de arte”[1]

De esta manera es necesario involucrar  la sociología dentro del estudio de la historia del arte y con mayor razón dentro del análisis de periodos de los cuales los registros literarios son muy escasos lo que dificulta el  entendimiento contextual ya que las interpretaciones serán resultado de la visión  que se tenga en el momento de su estudio.  Pero este trato con la sociología deberá de ser de manera cautelosa  sin mezclar  teorías  ya que
“…el universo del arte es un universo de creencia, creencia en el don, en la unidad del creador increado, y la irrupción del sociólogo, que quiere responder, explicar y dar razón, causa escándalo.” [2]
Aclarando esto diremos que el arte como proceso y manifestación no es independiente  pero si tiene su propio lenguaje y ha sufrido su  correspondiente desarrollo que lo diferencia de las otras ciencias.
El arte prehispánico, para su estudio, se ha dividido en tres periodos: el periodo preclásico en donde  se ubican  a las cultura Olmeca y Maya la cual continua durante el periodo clásico junto con los Teotihuacanos y Zapotecas y finalmente en el periodo postclásico situamos a las culturas Mixtecas, Toltecas y Mexicas siendo estas culturas las que marcan los parámetros de cada época debido a su relevancia en el proceso histórico de nuestro país. Así mismo cada cultura está dividida por regiones y por estilos artísticos  como es el caso de la cultura Maya.  Lo que nos da como resultado el más amplio nicho de información,  en cuanto a tiempo y espacio, a cerca de nuestra cultura. No siendo equivalente  la amplitud de estudios que se han realizado y que comúnmente se han dejado en manos de la Antropología lo que causa una gran dificultad en la comprensión de las formas y significados originales. Por lo tanto la Historia del Arte ayuda a complementar el análisis de las culturas ampliando la posibilidad de englobar nuestro saber sobre los primeros destellos de  la identidad mexicana.

Conclusión
Sabiendo ahora la importancia  del estudio prehispánico desde la perspectiva del historiador de arte y la falta de  investigación con la que contamos damos por entendido que está en manos de los futuros historiadores de arte el dar continuidad a este largo camino que hay por recorrer generando estudios profesionales con los cuales el saber y sobre todo las nuevas creaciones fundamenten sus manifestaciones y de este modo se pueda ir creando una identidad más fuerte.

  Referencias
Bordieu, Pierre, Sociología y cultura, Grijalbo, Conaculta, México, 2002
De la fuente Beatriz, Para qué la historia del arte prehispánico. Anales del  Instituto de Investigaciones estéticas núm. 89, UNAM , México, 2006  
Ségota  Tomac Dúrdica, Apuntes sobre algunos problemas de la investigación del arte prehispánico de Mesoamérica, Anales  del instituto de Investigaciones Estéticas, núm 47, UNAM, México, 1977




[1] De la fuente Beatriz, Para qué la historia del arte prehispánico. Anales del  Instituto de Investigaciones estéticas núm. 89 , UNAM , México, 2006  
[2] Bordieu, Pierre, Sociología y cultura, Grijalbo, Conaculta, México, 2002



HISTORIA Y RECONCIDERACIÓN DEL CONCEPTO DE MESOAMÉRICA

Ericka Paola Zuñiga Gonzalez



El concepto de Mesoamérica al parecer tiene antecedentes de varios siglos atrás según los registros históricos que se han encontrado al paso de los siglos, una muestra de ello es la idea que se tenía sobre este concepto pero  no definido como Mesoamérica en la época colonial, por ejemplo Fray Bartolomé de las Casas nos cuenta  en su Apología Historia Sumaria sobre las semejanzas en las creencias religiosas que en aquel entonces había dentro de la cultura guatemalteca y de las demás que hoy día son denominadas Mesoamérica.
“toda esta tierra (decía el fraile al referirse a Guatemala), con  la que propiamente se dice la Nueva España, debía tener una religión y una manera de dioses, poco más o menos (igual), y extendiase hasta las provincias de Nicaragua y Honduras, y volviendo hacia la provincia de Xalisco, y llegaban según creo a la provincia de Colima y Culiacán” (1986) [1].


Las sociedades indígenas se destacaban por la unidad que había entre ellas desde aquel entonces. Sin embargo para los antropólogos fue vista  profundamente varios siglos más tarde por E. B. Taylor (antropólogo ingles) que nos dice “una región definida culturalmente, que corresponde a México y otros países, son características sui generis y cuyo origen se remonta a la época prehispánica” Antiquities of Anáhuac [2]. Mesoamérica antes de dársele este  concepto se entendía como una macroárea. Los americanos que estudiaban sobre las culturas mexicanas y centroamericanas utilizaban el término de América media, esto lo hacían para poder delimitar el área, basado en aspectos geológicos más que culturales a diferencia  de macroárea donde incluían tanto lo geográfico como lo  cultural, esto al describir alguna área en específico. Pero aun así no se podía llegar a un concepto que pudiera incluir todo lo relacionado a las culturas incluyendo más que su cultura y territorio, a causa de esto se creó otro término: area cultural que sirvió como base para dar la definición de Mesoamérica.


Varias disciplinas estuvieron encargadas de dar un concepto en si sobre que es Mesoamérica, una de ellas es la lingüística donde Clark Wissler (antropólogo estadounidense)  en su trabajo The American Indian (1917) establece una aproximación al área cultural  que conocemos como Mesoamérica. Esto lo logro al unir ciertos grupos lingüísticos a estos les dio el nombre de nahuas.
Se puede seguir citando a más y más antropólogos que a lo largo de la historia han contribuido a darle un concepto que sea reconocido y pueda ser considerado bueno, pero la principal preocupación que tenían todos estos estudiosos fue el que elementos culturales que están distribuidos en el espacio podrían ser importantes para así poder definir el área.


Es bueno decir que no solo los antropólogos americanos se dieron la tarea de ir en busca de este concepto, los estudiosos mexicanos también trabajaban en cierta delimitación de las culturas y esto ayudo para para definir los limites culturales con ayuda de fuentes históricas.


Kirchoff y su concepto de Mesoamérica.

Durante las investigaciones que Paul Kirchoff hace para establecer las áreas culturales en todo el contienen, empieza por México donde se ayuda de  antropólogos, arqueólogos , lingüistas  y fuentes históricas, la disposición de las fuentes escritas ayudaron sin duda a la fácil realización de los demás estudios pero esto nunca fue llevado a cabo y dado  esto la investigación da la definición de macroárera que se denominaría Mesoamérica y este término lo adquirió Kirchoff por sugerencia de Jiménez Moreno (1980), y así poder diferenciarlo de América Media.

“Las principales características de los pueblos mesoamericanos que Kirchoff consideró son:

1) Utilización de un bastón plantador llamado coa.
2) Cultivo del maíz y su transformación en nixtamal con el empleo de cal, y luego en masa.
3) Producción de papel, aguamiel y pulque a partir del maguey.
4) Práctica del autoflagelación y sacrificios humanos con fines religiosos.
5) Cultivo del cacao.
6) Construcción de pirámides escalonadas.
7) Práctica del Juego de Pelota.
8) Fabricación de armas con bordes pétreos.


Kirchoff define las zonas geográficas  en Mexico de la siguiente manera:
Área maya, que ocupa Centroamérica y el Sureste de México.
Zona de Oaxaca, que abarca ese estado hasta el Istmo de Tehuantepec y el sur de Puebla.
Zona del golfo, correspondiente a Veracruz y Tabasco.
Occidente de México, que incluye Guerrero, Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit y partes de Zacatecas.
Altiplano central, que comprende los Estados de México, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos y Querétaro, así como la porción septentrional de Puebla y el Distrito Federal”. [3]


Para conlcuir podemos decir que Mesoamerica ha sido estudiado por varios siglos atrás, hast podría decirse que desde la llegada de los españoles, pero no se le daba la importancia necesaria como la que hoy dia se le ha dado, ya que nos explica sus territorios y nos damos cuenta de que a lo largo de la historia ha sido base para conocer sobre nuestra cultural y todo lo que nos antecede social, política y artísticamente.

















Bibliografía.
Romero Contreras A. Tonatiuh, Ávila Ramos Laura, Mesoamérica: historia y reconsideración del concepto, 1999.
[1] Romero Contreras A. Tonatiuh, Ávila Ramos Laura, Mesoamérica: historia y reconsideración del concepto, p 233, 1999.
[2] Romero Contreras A. Tonatiuh, Ávila Ramos Laura, Mesoamérica: historia y reconsideración del concepto, p 233, 1999.
[3] 1997, Museo del Templo Mayor, Instituto Nacional de Antropología e História, México.

“Los sacrificios y las guerras como elemento dual de vida y muerte en el Mundo Mesoaméricano.”


Facultad de Historia del Arte.



 Los sacrificios y las guerras como elemento dual de vida y muerte en el Mundo Mesoaméricano.



ENSAYO PARA APROBAR LA MATERIA DE ARTE PREHISPÁNICO DE MÉXICO.





Presenta:

Gabriela Esteban Rodríguez.





Profesora:

Ireri Ortiz Silva.





Morelia, Michoacán; 16 de abril del 2012





“Los sacrificios y las guerras como elemento dual de vida y  muerte en el Mundo Mesoaméricano.”



La historia, cosmogonía, cosmología y el arte del antiguo Mundo Mesoamericano puede llegar a presentarse ante nuestros ojos como algo inexplicabable, asombroso, único e inesperado, sentimiento al que Octavio Paz denominara como “extrañeza”[1], aquello que no podemos comprender en su totalidad, que comienza por medio de la sorpresa y culmina con una serie de interrogantes que asipiramos resolver.

Dentro de este rubro podemos ubicar a la perfección, los sacrificios humanos de carácter ritual, lo cuales se presentan abominables y han provocado la desaprobación de más de uno; no sólo a la llegada de los españoles, sino inclusive en la actualidad se sigue mal interpretando la finalidad y la manera en que eran llevados a cabo.

“Fray Bernardino de Sahagún, exalta las virtudes morales e intelectuales de los indios… Sin embargo, al llegar al tema de sus creencias y sus ritos, no vacila en decir que han sido inspirados por el demonio y que son una caricatura abominable de los misterios cristianos.”[2]

Sin lugar a dudas, el sacrificio humano es una práctica difícil de comprender para una supuesta sociedad “civilizada”, sin embargo es importante considerar el contexto histórico en el que estas civilizaciones se desarrollaron, así como, los matizes y significados que esté ritual sagrado representaba para ellos.

“El sacrificio tiene una lógica, la cual, atendiendo a la génesis del pensamiento, podemos reconstruir.”[3]

Recordemos que el mito cumplía con la función de explícar todos aquellos fenómenos de la naturaleza que les rodeaba y la cual les parecía divina e inexplicable, así mismo se convirtió en la base de una compleja organización social, religiosa, política y militar.

El sacrificio toma un papel protagónico a partir del mito de la quinta creación del mundo, en el que los dioses se reúnen en Teotihuacan y dos de ellos se arrojan a la hoguera convirtiendose en el sol y la luna; pero aún era necesario el sacrificio del resto de los dioses para poner en movimiento a los astros y a todo el universo que hasta el momento permanecían estáticos.

Y como olvidar la continúa lucha de contrarios; donde las estrellas deben ser vencidas y sacrificadas para que el sol pueda beber de la sangre derramada y así vencer a la noche.

Los mexicas le atribuían la representación del astro rey a Huitzilopochtli, la de las estrellas a los 400 Surianos y la luna a Coyolxauhqui.

“La luna sufre mutilaciones (cuarto creciente, cuarto menguante, etcétera) y se identifica además con lo femenino, carácter que también tiene la Luna. Es, por lo tanto, muy lógico que el combate se realice en la noche y las estrellas sean dispersadas en el cielo, para que el Sol, surja triunfante por el oriente”[4]

Es aquí donde se nos hace manifiesta la función del sacrificio como vehículo para crear, mantener y transformar el mundo.

Para estás culturas, la vida no era más que un rito, por lo que el hombre se encuentra destinado a reproducir las acciones de los dioses, y con esto el gesto fundador del mundo, que implica no sólo el autosacrificio, sino la guerra en sí misma.

También nos es importante destacar que la responsabilidad era proporcional al rango y a la posición social que se ocupaba en la sociedad; ya que es probable que,  el príncipe, el guerrero y los sacerdotes, al encontrarse en mayor contacto con los dioses tendrían que tener una mayor responsabilidad en la tarea de recrear y matener el mundo.

Es así, como podemos tener plena conciencia de que el destino del guerrero noble hecho prisionero tras perder la batalla, se encuentra destinado a la piedra de sacrificios, derramando su  valiosa sangre en nombre de los dioses y permitido así, continuar con otro ciclo de vida.

Sin lugar a duda, si aspiramos a lograr un pleno entendimiento no sólo de los sacrificios humanos y la guerra, sino de todas las impresionantes muestras de pensamiento y arte mesoaméricano, debemos tratar de asumir una perspectiva propia a esa civilización a la que acertadamente el Dr. León Portilla denominaría como “originaria”[5]; olvidandonos un poco de esa concepción occidental de vivir y ver el mundo.

“Para entender la lógica que subyace en el sacrificio humanano hay que observar primeramente cómo estos esquemas determinaron la concepción de los ciclos de la naturaleza en el México Prehispánico.”[6]

Ciclos, rituales y sacrificios que podemos ver plasmados en relieves, muestras de cerámica, orfebrería, escultura, lapidería y todos aquellas manifestaciones artísticas de carácter ritual, religioso y guerrero, han sido herramientas fundamentales para el estudio del enigmático mundo Mesoaméricano.




Bibliografía

Ibarra García, Laura. «Los Sacrificios Humanos. Una explicación desde la Teoría Histórico Genética.» Estudios de la Cultura Náhuatl., 2001: 341-358.

Moctezuma, Eduardo Matos. Vida y Muerte en el Templo Mayor. México: Fondo de Cultura Económica, 1998.

Paz, Octavio. Los Privilegios de la Vista II. México: Fondo de Cultura Económica, 2006.

León Portilla, Miguel, entrevista de Eduardo Matos Moctezuma. Discutamos México. Mundo Mesoaméricano (04 de Febrero de 2010).























[1] Paz, Octavio,  Los Privilegios de la Vista II,  Fondo de Cultura Económica,México, 2006, p.26
[2]Íbid., p. 27
[3] García Ibarra, Laura, Los Sacrificios Humanos. Una explicación desde la Teoría Histórico Genética, Estudios de la Cultura Náhuat, 2001, p.342
[4] Matos Moctezuma, Eduardo, Vida y Muerte en el Templo Mayo, Fondo de Cultura Económica, México, 1998, p.73

[5] León Portilla, Miguel, entrevista de Eduardo Matos Moctezuma. Discutamos México. Mundo Mesoaméricano (04 de Febrero de 2010).
[6] Ibarra García, Laura, op. cit, p. 344

PARA QUE LA HISTORIA DEL ARTE PREHISPÁNICO



Christian García Contreras



La historia es  una forma de conocer nuestro pasado, ya que aprendemos los detalles de nuestro modo de supervivencia en la antigüedad, especialmente en el arte, porque no solamente son formas de placer visual, sino que llevan consigo un completo legado de la creación humana.

Al artista se le puede considerar como una persona aislada de la sociedad, sin embargo es una teoría falsa, porque entonces, ¿Cómo conoceríamos nuestro pasado?, además; tienen la obligación de estar en completo contacto con la humanidad difundiendo ideas pictóricas, musicales, teatrales, etc., por eso el creador de arte lleva consigo el pasado, el presente y el futuro arrastrando en sus obras.

Con esto podemos descifrar que, por medio de cualquier obra de arte se produce algún sentimiento, se obtienen reacciones. Incluso cualquier persona puede llegar a sentir dichos efectos, es un resultado de la expresión del alma, del corazón, es simplemente la belleza del creador, lo que nos hace viajar por el aire obteniendo estos placeres.



Podremos conocer mejor el arte indagando en el territorio de Mesoamérica, siendo habitantes de esta zona, nos percataremos de lo afortunados que somos al ser herederos de tal historia, siendo la cultura más grande de todo México y más rica. Sin embargo somos unos niños aún, ya que no conocemos totalmente cada rasgo artístico de dicha zona, falta comprender y descubrir los numerosos misterios ocultos en el arte prehispánico.

Para identificar mejor nuestro arte, es preciso hacer una diferencia de las dos ramas que nos brindan la información: el arqueólogo y nosotros historiadores de arte. El primero es un explorador de campo, que desenvuelve los hallazgos de cierto terreno para crear estudios científicos, en cambio nosotros desciframos o simplemente observamos las piezas individuales de las culturas mesoamericanas, hechas de numerosos materiales, con el fin de conocer la vida misma de cierta cultura y desenvolver con ellas las variables historias de nuestro mundo.



El infinito universo del arte prehispánico, es el más original comparado con otras culturas, ya que sus mitos, tradiciones, técnicas de trabajo, manifestaciones artísticas, rituales y demás; nos llevan a un estado de querer conocer más toda la diversidad de esta zona, desencadena miles de aspectos de nuestra vida misma, las formas de vivir, el estado del clima, los dioses más venerados, las tradiciones, etc., es por eso que nos trasladamos a épocas ancestrales solo para echar un vistazo a este tiempo.

            Entre las distintas regiones del territorio ya mencionado podemos encontrar una gran diversidad de arte, como los Olmecas, Huastecos, Totonacos, Teotihuacanos, Toltecas, Mexicas, Zapotecas, Mixtecas, Mayas, entre otros que destacan aquí mismo.



            La manera de darnos cuenta de que trata cada cultura, o como podemos saber de ella es indagar en su gran variedad de obras de arte, haciendo comparaciones entre ellas y descifrar cada parte y rasgo de la pieza analizada.



            Se habla de un “estilo prehispánico”, el cual hace alucinación a la capacidad de un individuo o varios, de representar de manera artística su inspiración, la manera en que al momento de plasmar un detalle, habla de su estado emocional, físico o espiritual, el cual entendemos simplemente al observar, incluso cualquier persona estudiante en “X” cosa, puede percatarse de estos rasgos, de este estilo mencionado que nos representa en sus diversas creaciones.

            Es así que debemos interesarnos profundamente en este arte, es nuestra identidad, nuestro legado, nuestra originalidad lo que le da grandeza a nosotros los mexicanos, los diversos estilos y múltiples manifestaciones artísticas, muestran la manera de comportarnos, la forma de vivir, los sentimientos que transitan por nuestro corazón y más que nada la historia de  todo un sistema de unidad totalmente original.  



Bibliografía:
De la Fuente, B. Para que la Historia del Arte Prehispánico. México. pp. 7-21