Dentro
de cualquier cultura, el lenguaje simbólico, no solo por medio de escritura o
pequeños signos, también en los convencionalismos en sus expresiones
artísticas, es un factor muy importante para poder comprender su cosmovisión y
su forma de vida. Aspectos en los que ellos creían para tener una mejor
perspectiva de lo que pasaba a su alrededor.
Anteriormente,
ya se ha tomado en cuenta el concepto amplio del mito dentro del México
Antiguo, analizando las características que se podían contemplar en cada cultura
y con esto lo que pasaba en sus mentes en ese entonces. Todo esto se ha podido
estudiar gracias a los hallazgos que se han hecho de símbolos, escrituras,
esculturas, algunas pinturas y formas expresivas en sus construcciones.
En
el mundo del lenguaje náhuatl, existen varios signos característicos que de
igual manera se pueden apreciar en otras culturas. Es un aspecto muy similar a
la variedad de representaciones que tiene cada civilización de un mismo dios;
el del agua, por ejemplo, representado como Chaac o Tláloc. Si bien, el dios
más antiguo que se tiene registrado es el Dios del Fuego, esto se sabe gracias
a un incensario que fue hallado en una de las civilizaciones más antiguas
llamada Cuicuilco, pieza que simplificaba simbólicamente con su funcionalidad
de incensario la magnificencia del Dios del Fuego, Dios Solar, Dios Creador.
Esto
podría recordarnos un poco al llamado Quetzalcóatl, que en Cuicuilco era
llamado Huehuetéotl. La representación del dios en forma de un anciano, nos da
a entender todo acerca de éste, el hecho de portar en él el fuego y en sus
arrugas la sabiduría hace que se tenga más comprensión de su hecho como
creador. El que creó a todos los hombres y dioses, el que no es más joven que
ellos. Todas estas expresiones en Cuicuilco sirven de gran influencia para las
siguientes civilizaciones.
La
cultura que más se llega a distinguir es la de Teotihuacán, llamada en su
momento como Tollan, pero no debemos confundirnos; Tollan era la ciudad
gobernada por Quetzalcóatl, sin embargo, se le denominó así a las ciudades
consideradas metrópolis.
La
concepción de Quetzalcóatl realiza una mezcla entre lo terrenal y lo divino,
principalmente porque ya sabemos que los dioses son mortales si no se les
alimenta o se les da energía, razón por la cual existen los sacrificios. Una
serpiente emplumada, una serpiente que se arrastra, que es terrenal… Emplumada
como un ave, el cual puede volar, el cual alcanza lo más alto del cielo, ahí
donde los dioses observan.
Teotihuacán,
Ciudad donde nacen los Dioses, retoma
ese concepto mixto de mortalidad e inmortalidad de su dios principal, Esto es
algo que verdaderamente caracteriza a la ciudad, que la hace única, aunque no
solo esto, hay otras situaciones que de igual forma la colocan en ese puesto.
Su dedicación hacia el Quinto Sol con edificaciones, todo esto originado ahí,
hace ver la importancia e historia de su dios creador, con la simbología que
expresa la ubicación en la que se encuentra erguida la pieza arquitectónica.
En
toda ésta secuencia de posiciones en que se encuentra organizado el centro
ceremonial hay una fuerte tendencia a las figuras de cuadriláteros y
triángulos, figuras que también son muy utilizadas en la simbología náhuatl. En
especial en un signo en particular llamado quincunce. Como Eduard Seler lo ha
demostrado, diciendo que el cinco, de quincunce, es una cifra central y
constituye un punto de fusión entre la tierra y el cielo.
Esto
es una descripción simple de varios símbolos, como el rostro del Quinto Sol o
el signo de Venus, que cumplen con las características que demuestra Seler.
Posiblemente tiene influencia de la cosmovisión entendida por lo que ellos
observaban acerca de la cultura de Teotihuacán. Los nombres dados son en
náhuatl, ciertamente, ya que ellos fueron los que descubrieron la ciudad y un
dato curioso es que no se sabe exactamente el nombre verdadero de Teotihuacán. Ésta
información da a comprender la similitud de ciertos contextos de la cultura náhuatl
con la anterior.
La
sensación de movimiento, dado por sus glifos, es algo característico de estas
culturas también. Podemos ver la importancia de ciertos elementos no solo en
los dioses que los representan, de igual forma los podemos notar en la cantidad
de ‘garabatos’ que han creado para una lectura más rápida y simple.
La
vivacidad del agua, la fuerza del fuego, la importancia del corazón, los seres importantes
como la serpiente emplumada, todo esto se plasma en una secuencia de dibujos provenientes
de su imaginación, o de su realidad, mejor dicho. Trazos muy marcados, dando
formas algo complejas, sin embargo, las podemos identificar con una sola línea
que denote el movimiento del símbolo, predominando las curvas, espirales y
formas geométricas.
Éste
tipo de lenguaje era crucial en su cultura, ellos no se preocuparon por
imprimir su vida, conocimiento o mitos de una forma escrita como la que
nosotros poseemos, lo hicieron en forma de símbolos propios de su cosmovisión.
Sin embargo, cabe destacar, que pueden haber elementos aún más sencillos que se
vuelvan complejos en su comprensión y que aún no se hayan notado o descubierto.
Referencias
Sejourne, Laurette
Pensamiento y Religión en el México Antiguo,
Fondo de Cultura Económica, México, 1957, pp. 91-143.
Pensamiento y Religión en el México Antiguo,
Fondo de Cultura Económica, México, 1957, pp. 91-143.
Bien Karla, tu texto es accesible y muestra tu proceso. Sería bueno que te apoyaras con citas en tu trabajo para sustentarlo. Bien por dar a conocer tu referencia.
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