UNIVERSIDAD DE MORELIA
LICENCIATURA EN HISTORIA DEL ARTE
CARLA PAMELA PULIDO LÓPEZ
ARTE PREHISPÁNICO DE MÉXICO
IRERI ORTIZ SILVA
2do CUATRIMESTRE
MITO PREHISPÁNICO:
“CALENDARIO MESOAMERICANO”
ENERO 2012
“Solo venimos a
dormir, solo venimos a soñar, no es verdad, no es verdad que venimos a vivir a
la tierra”, Poema azteca
[...]”Cuando los
hombres morían no perecían, sino que de nuevo comenzaban a vivir… se volvían
espíritus o dioses.”[1]
El calendario es el
triunfo máximo de la civilización prehispánica, ya que no solo trazaba el
movimiento de los planetas más visibles para ellos, y predicciones de eclipses,
sino que también lograron medir el movimiento del sol. Gobernaba la vida de los
pueblos, era el centro de la ideología, dictaba la suerte, la vida, muerte y enfermedades.[2]
Los dioses eran
identificados con los cuerpos celestes y los fenómenos naturales;
simultáneamente se fue desarrollando un aspecto práctico de estas
observaciones: la elaboración de sistemas de calendarios que permitieran una
adaptación adecuada de los ciclos del cielo a su sistema social.
Para los mayas las
ruedas del tiempo, eran la fuente principal para saber las fechas de
estaciones, acontecimientos astronómicos, y ritos religiosos. Los matemáticos
mesoamericanos lograron proyectar el calendario millones de años hacia el
pasado y al futuro, ya que no existía un principio ni un final.
Dicho calendario maya esta constituido
por el Sagrado o Tzolkin
de 260 días, el Civil o Haab de 365 días y la
Cuenta Larga, el Katun, de 144.000 días.
Los Mayas utilizaban
como indicadores de números la barra que era igual a 5 y el punto igual a 1,
donde la rueda pequeña era el ciclo sagrado, la rueda interna con los números
del 1 al 13 engranada con los grifos de 20 nombres de los días, que estaban en
la rueda externa. Una de la partes de la rueda grande o externa representa un
segmento del año de 365 días, 18 meses con 20 días cada uno, estos numerados del 0 al 19, y los 5 días
restantes eran considerados días nefastos.
En el mundo Náhuatl
había dos calendarios el llamado Xiuhpohualli
que era la cuenta de los años y el Tonalpohualli
que era cuenta de los días, o
destinos.
Xiuhpohualli
Estaba dividido en 19
meses o grupos de 20 días, ya que 18 por 20 son 360, a los que después
añadieron los 5 días restantes llamados 5
nemontemi , o nefastos.
Constaba de numerales
del 1 al 20, mas 20 signos o figuras que se combinaban sucesivamente con los numerales.
Dentro de este calendario podemos
situar a la Piedra del Sol o Piedra del Calendario Azteca. 365 días divididos en 18 meses de 20 días
cada uno, a los que se añadía al final del año un periodo adicional de 5 días.
Tonalpohualli
El calendario etimológicamente
significa “el cómputo de los días”. Tonal significa día y pohualli
cómputo o cuenta, y fue inventado por Oxomoco y Cipactonal (primeros hombres
sobre la tierra, como Adán y Eva de Mesoamérica)
El Tonalpohualli o “Cuenta
de los destinos”, era un calendario- almanaque dividido en 20 semanas o grupos
de 13 días, estaba relacionado con ciclos planetarios, eclipses etc.
Constaban de
numerales del 1 al 13 más 20 figuras y signos combinables sucesivamente con los
ellos. Al principio estos grifos eran de origen pictórico, pero se transformó
en ideográfico al simbolizar los conceptos que distinguen y determinan los días[3]
Códice en Cruz, o
Códice Fejérváry-Mayer, explica los 3 ciclos de 52 años cada uno, pertenece a
los Reynos de Tetzcuco y México, eran 4 grupos de 13 años, orientando a los 4
rumbos del universo.
En la parte
central se halla Xiuhtecuhtli,
Señor del fuego y del tiempo, “padre y madre de todos los dioses”. En
los 4 puntos tiene el Árbol cósmico con la pareja divina de cada lado.
Estos cuatro puntos
son:
Oriente: contiene los años
“caña” del 1 al 13 era el Tlahuizcalpa o “rumbo de la casa de la
luz”
Norte: 13 años
siguientes llamados “pedernal” o “rumbo de los muertos” llamado Mictlampa
Poniente: 13 años
“casa” era el “rumbo de las mujeres”, Cihuatlampa
Sur: 13 años “conejo”
era el “rumbo de las espinas”, Huitztlampa.
Mesoamérica estaba dividida en
múltiples áreas, donde cada una tenía su propia distinción calendárica.
Había 100 calendarios diferentes
aproximadamente en sus términos lingüísticos o numerológicos, pero en común con
los 52 años.
Ciclos calendáricos mesoamericanos
1.-Año vago (sin bisiesto):
Se llama año vago por
la falta del bisiesto, y no concuerda con el año español que conocemos.
Todos los pueblos
mesoamericanos tenían en común el ciclo de 365 días, que constaba de una cuenta
doble; una de 18 veintenas nombradas
como mes con más de 5 días, y la
otra con las mismas veintenas pero con los días numerados de 2 maneras: de 0 al
19 y de 0 a 4 en maya y la otra de 1 al
20 y de 1 a 5 en náhuatl.
Este ciclo se llama xiuitl
en náhuatl y haab en maya.
En emplear el ciclo
de 365 días tiene más variantes entre distintos grupos que emplear el ciclo de
20 días por estos e aspectos:
1.- el año comenzaba
en diferentes fechas
2.-algunos grupos
comenzaban su cuenta en 0 y otros en 1
3.- su forma de
nombrar los años era diferente; algunos daban el nombre del día inicial.
2.-Rueda calendárica:
La combinación de 260
y 365 días tiene consecuencias numéricas.
Dividir 365 en 13,
implica que el coeficiente numérico del día tiene que adelantarse uno por cada
año.
Dividiendo por 20
implica que el nombre del día se adelantará en 5.
Por ejemplo en el
calendario clásico maya de Tikal, si un año comienza en “1 viento”, el año que
sigue será “2 viento”, así que tomará 52 años de 365 dias regresar a que el año
se llame “1 viento”. Con esto se llega a lo que llamamos “siglo” mesoamericano
de 52 días (13 por 4). Este ciclo se inauguró en el año 679 a. C.[4]
Se llama la rueda
calendárica Xiuhmolpilli en náhuatl, y en maya hunab.
Los nombres que le
daban a cada año era destinado por sus “cargadores” o glifos, por ejemplo en el
Tikal eran: Viento, Diente, Venado y Temblor.
Otros calendarios
utilizaban otros días, pero siempre eran 4 ya que estaba relacionados con los
puntos cardinales, y sus respectivos colores como son: oriente rojo, norte blanco, occidente negro, sur amarillo, en el caso
de Yucatán.
3.- Cuenta larga y
corta:
La mayoría de los pueblos prehispánicos no
tenían esta cuenta, era solo tradiciones entre los Olmecas que eran los
hablantes de idioma meji-zoqueanos de Veracruz, Oaxaca, Costa sur de Guatemala
y los Mayas Yucatecos y Choles habitantes de Tabasco, Chiapas, Campeche,
Yucatán, Quintana Roo, El peten, Belice y región de Copán, Honduras.
Estos
eran los calendarios que existían en Mesoamérica antes de la conquista
1.-
Cuenta larga batum , ciclo de 400 ketunes o 5128 años olmeca-maya
·
Cuenta
corta may con un ciclo de 13 ketunes o 256 años
2.-
Rueda calendárica xiuhmelpilli, hunab ciclo
universal de 52 años (mezcla del tolkin y haab)
·
Ciclo
de los días tonalpohualli, tzolkin,
sincronizado con 260 días
·
Año
vago sin bisiesto, xihuitl, haab,
ciclo de 365 días que varía en 1, por nombrar el año en forma inicial o final y
3 por cambiar la fecha del año nuevo.
Tzolkin, el almanaque ritual:
Los
almanaques contienen datos astronómicos y cuestiones estadísticas, movimientos
del sol, la luz, días importantes, y eclipses, los mayas lo utilizaban para sus
actividades ceremoniales y agrícolas, basado en ciclo de 260 días y para
distinguirlos utilizaban 20 nombres y 13 numerales:
Haab, el calendario solar:
Ciclo
solar de 365 días. Los antiguos mayas dividieron ese calendario en 19 meses o uinales : 18 de ellos tenían 20 días y
el ultimo solo cinco, considerados como aciagos[5]:
El
tiempo es portador de presencia de dioses y destinos favorables, los que
producen desgracia o indiferentes, en
Mesoamérica percibían su universo lleno de presencias divinas que actuaban con precisión
matemática y no al azar, plasmada en los calendarios, en los distintos rumbos cósmicos,
y en las regiones celestes e inferiores, ya que el tiempo es portador del
destino”[6]
[1]
Westheim Paul, ideas fundamentales del arte prehispánico en México, editorial
Era, México, 1991, pp.63
[2]
Edmonson, Munro, Calendarios Mesoamericanos, Antología de Arqueología Mexicana
, SEP-CNCA-INAH-Editorial Raíces, México,1997, pp. 36-40
[3]
León-Portilla, Miguel, Los antiguos Mexicanos a través de sus crónicas y
cantares, Fondo de Cultura Económico, México, 1990, pp.57-60
[4]
Edmonson, Munro, Calendarios Mesoamericanos, Antología de Arqueología Mexicana
, SEP-CNCA-INAH-Editorial Raíces, México,1997, p. 38
[5]
Vásquez García, Erik, Mayas y zoques el sureste Mexicano: Chiapas,
CONACULTA-INAH,México, 2009, pp. 48
[6]
León-Portilla, Miguel, Mitos de los orígenes en Mesoamérica, revista de
Arqueología Mexicana, pp.25
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